La isla Hvar todavía cuida la tradición que se ha convertido en unos de los suvenires croatas más originales. Los lazos hechos con las cuerdas de las hojas de agave han sido hechos en Hvar desde el siglo XIX, cuando los marinos croatas lo trajeron desde Tenerife. Desde entonces, la ciudad de Hvar tiene una tradición de lazos en su monasterio benedictino, donde se enseñaba a las niñas a hacer ganchillo. El proceso completo comienza con la recogida de las hojas de agave, extrayendo de ellas cuerdas de un metro de largo. Después se procesan y se comienza a hacer el lazo. Con este suvenir, Hvar obtuvo un puesto en la Lista de Patrimonio Cultural Intangible de la UNESCO. Croacia es el líder europeo en número de elementos en esta lista. El lazo de Hvar, junto a los lazos de Pag y Lepoglava, es uno de los 7 elementos de patrimonio cultural intangible que cuenta con el reconocimiento de la UNESCO.